Me gustaría hacer una reflexión sobre la frecuente indicación, por parte de los profesionales sanitarios, de alimentar a los bebés con sucedáneo de leche materna. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda:
La alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de la vida del niño y, continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más (a partir de ahí, tanto tiempo como madre e hijo deseen).
Por “LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA 6 MESES” se entiende que:
El bebé sólo toma la leche de su madre, sin ingerir absolutamente ningún otro alimento, líquido o sustancia.
En otros países de habla hispana se denomina a los biberones por su contenido (fórmula) o por su acción (complemento). En inglés se denomina “bottle” y en alemán “Flasche” aludiendo al recipiente. Pero en ninguno de estos países se le denomina “ayuda”, porque ayudar es un concepto muy amplio.
No paro de darle vueltas a la idea de que los biberones actúan de “ayuda”. Vamos al ambulatorio y nuestro bebé no aumenta religiosamente 250g a la semana y entonces necesitamos una “ayuda”, no «nos sube la leche de forma espectacular» cuando damos a luz y necesitamos una “ayuda”, el bebé pierde algo de peso en el hospital y por más que se encuentre dentro de los parámetros normales (10-12% del peso del nacimiento) hay que darle una “ayuda”…
Yo me pregunto: ¿A quién se ayuda?
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¿Se ayuda al bebé?
Creo que no, porque se le está privando de tomar más leche de su madre. Como el biberón se lo puede dar otra persona, también se le priva del contacto con su madre.
El biberón tiene más riesgo de provocar obesidad infantil, presenta mayor riesgo de sufrir intolerancias, gases, molestias digestivas… Las madres se vuelven locas comparando marcas, comprando todas las posibles del mercado: anti-cólicos, anti-regurgitación, sin lactosa, etc. Y total para nada, porque la leche materna es lo que el bebé necesita, es perfecta para nuestra especie, jamás le va a producir intolerancias, ni rechazo, ni más cólicos.
Entonces al bebé no le ayuda.
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¿Se ayuda a la madre?
Creo que tampoco, porque de base se está minando su confianza haciéndola sentir que no es capaz de amamantar total y completamente a su bebé, algo para lo que está diseñada.
Y la mamá seguramente se sienta deprimida, llore, se sienta sola, abandonada, incapaz, triste. Especialmente si las “ayudas” empiezan ya en el hospital, cuando la madre está recién parida, con las hormonas alborotadas, cansada pero con mucha energía y de pronto alguien -entiéndase «alguien de bata blanca»- le informa de que no es capaz de alimentar por sí misma a su bebé.
Por lo tanto, tampoco ayuda a la mamá, porque lo que las mamás necesitamos es sentirnos poderosas, sentir que somos capaces de alimentar a nuestros bebés. Lo que necesitamos es apoyo para conseguirlo, porque no siempre es fácil. Necesitamos creer más en nosotras mismas y con una “ayuda” no lo vamos a lograr.
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¿Se ayuda a los pediatras?
Como ya no sé a quién más pueden beneficiar estas ayudas, he pensado que quizás a los pediatras, porque entonces los niños engordarán como está previsto en las tablas. Como funciones matemáticas, todos seguirán sus propios caminitos.
Además, sabremos la cantidad exacta de lo que comen. Pero claro, no siempre es así, entonces la mamá que abandona la lactancia y aún así su bebé no sigue el caminito, o no aumenta espectacularmente de percentil: ¿qué hace? Básicamente se siente peor, tonta, deprimida y estafada…
Un problema que posiblemente se plantee más tarde, es, precisamente, las altas tasas de obesidad infantil, la lactancia artificial cuenta entre sus riesgos la obesidad a corto y largo plazo, pero en esto no piensan los pediatras cuando indican una “ayuda”.
Deberían considerar los pediatras que esa mamá (o el papá) tendrá que levantarse por la noche a preparar el biberón a calentar el agua, mezclar los polvos, medir el agua, procurar que el biberón no quede demasiado caliente, pero que no se enfríe… en lugar de, simplemente, ofrecer el pecho al bebé, para que éste se alimente de la forma que ella había elegido.

Deberían conocer los pediatras que lo mejor para la mamá que ha decidido amamantar sería darle más pecho a su bebé, que también para el bebé lo mejor sería tomar más pecho.
Deberían conocer que con una lactancia materna bien establecida, incrementando las tomas si éstas -por erróneas indicaciones, básicamente- son insuficientes, y revisando la técnica y posición durante la toma, la madre tendría más leche.
No digo «mucha» (que no es intención de las mamás, habitualmente, montar una tienda y comercializar el producto «leche materna»), sino simplemente, «suficiente» para su bebé, así el bebé crecería como es debido, engordaría lo que le toca, comería cuando quisiera y durante el tiempo que quisiera, y la madre se sentiría feliz, pletórica, capaz de amamantar a ese bebé tan amado.
Llamarle «ayuda» a un añadido que no ayuda ni a madres ni bebés, produce un efecto subjetivo de aceptación por parte de la madre en un momento vulnerable, de cansancio, y en el que siente la necesidad de ser ayudada.
La especie humana está diseñada para que la hembra que acaba de parir y su bebé estén arropados por un grupo de individuos. La reciente madre necesita que este grupo la empondere, afianzando la confianza en su cuerpo y su capacidad de amamantar.
El grupo le puede ofrecer innumerables ayudas siempre, también con una lactancia materna bien establecida: hacer la comida, poner la mesa, fregar, barrer, recoger y lavar la ropa, tender, llevarle a la madre el libro o la película que le gusta…
En algunos casos sí resulta necesario administrar al bebé alimentado con leche materna, un suplemento de leche artificial.
Entre estos casos hallamos un grupo realmente minoritario -excepcional- de casos en que el bebé no está tomando suficiente leche, bien sea por una enfermedad de la madre (que ocasiona que ésta no produzca suficiente leche para su hijo) o porque no hay una buena transferencia de leche al bebé, por otras causas.
Y el otro grupo, mayoritario, en que el suplemento ha llegado a ser «necesario», por una técnica inadecuada de lactancia, posición inadecuada, restricción de número y duración de tomas, poco apoyo, o, precisamente, uso temprano de chupetes y tetinas.
En el primer grupo, en muchos casos, será necesario continuar con el suplemento durante toda la lactancia. En el segundo, conocidos y corregidos, en su caso, los problemas que motivaron la incorporación de este suplemento, se podrá retirar.
Lo que las mamás que decidimos amamantar necesitamos es sentirnos capaces otra vez, encontrar esa fuerza primitiva que está muy dentro nuestro que nos hace capaces de cualquier cosa para que nuestra descendencia sobreviva.
Necesitamos ser un poco más primates, necesitamos contacto constante con nuestros bebés, necesitamos amamantar sin relojes, sin límite y todas las veces que el bebé y nosotras queramos. Necesitamos que se respete nuestra opinión y sobre todo que se valoren nuestros sentimientos.
Porque la lactancia es nuestra, de las madres y de los niños.
La única “ayuda” posible en mi mundo y mi manera de ver la vida, es el apoyo para las mamás y bebés lactantes.
¡Exijo más apoyo y menos química!
Paola Brena en colaboración con el Grupo de Trabajo Sina Comunicación y Reivindicación
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El poema “Interferencias”, extraído de “Pequeñas Delicias/Delits d’infant”, de Maria Àngels Claramunt, con dibujos de Ermengol, ilustra la presión que cada día soportan muchas de las mujeres que amamantan:
Interferencias
-De peso, no aumenta demasiado.
¡Biberón al cuadrado!
-No duerme de carrerilla.
A la leche, añade papilla.
-Por la noche, se despierta.
¡A la teta, puerta!
-Come muy seguido.
Deja el pecho, ¿me has oído?
-Es que no estoy decidida.
A la farmacia, enseguida.
-Es que quiero seguir amamantando.
Tanto tesón, ¿qué vas a acabar ganando?
-Pero es que quiero lo mejor.
Eres una pesada, haz lo que te dé la gana
pero quiero advertirte
de que vas a arrepentirte;
porque tu hijo irá atrasado
con respecto a lo mandado
en el libro, que deja claro
el protocolo de biberones
en la mayoría de lecciones.
Si quieres seguir viniendo
empieza obedeciendo.
(Me declaro militante
desde este mismo instante;
seguiré mis razones
sin concesiones.)
¿Por qué cuando el pecho se ha asomado
aún miran algunos para otro lado?
Madres sin leche: el fin de un mito
El biberón de complemento o cómo cargarse la lactancia
Amamantar y la culpa
RELACTACION. De Lactancia Mixta a Lactancia Materna Exclusiva: ¿cómo hacerlo?
11 Respuestas
Concha
Es algo que a menudo puedo ver en el voluntariado con bebés de apenas horas… biberones de «ayuda». Y me tengo que callar porque estoy en «su» espacio, y poco puedo hacer.
Pero todo, absolutamente todo lo que decís es bien cierto. La madre pierde confianza y las asesoras… intentamos dar el apoyo y la fuerza que necesitan, hacerles ver que como mamíferas, amamantar es lo normal. Paciencia y dedicación. Y si hay algún problema, buscar la solución y seguir adelante.
Gracias por la entrada, es muy buena. Ojalá llegue a donde tiene que llegar.
Abrazos.
Alejandra
Hay de todo en este mundo, por eso no vale generalizar, ni defender a capa y espada a ningún grupo… yo estoy en el de los pediatras y lucho acda día contra las familias, incluidas madres, abuelas, tias, que piden «ayudita» a las 12 horas de haber parido porque «no tiene nada de leche»… etc etc etc… se les explica, y muchas veces, la mayoría, lo entienden pero no siempre es asi. En mi hospital llegaron a decir en el pueblo que se llevasen el bote de fórmula al hospital a parir porque «en el hospital no les daban leche». Recomendaciones muy bien intensionadas! a nosotros los pediatras no nos ayuda nada!!!! al menos al subgrupo que deseamos lactancia exclusiva 99% como meta… a nosotros tampoco nos ayuda, a dicho subgrupo, que siga habiendo otrso subgrupos que sigan sin ENTENDER que significa Nutricion natural, Lactancia Natural y que seamos cada vez más generadores de enfermedades, entre ellos la obesidad y los trastornos alimenticios, en nuestras consultas cuando las obsecionamos a las madres con la comida… con los gramos de peso que debería haer aumentado, con los biberones que debería tomarse, con… cada día creo más que somos tan responsables de la obesidad infantil como lo son los fabricantes de zumo, de batidos y petit suis.
Por eso, no generalizar y a educar mas a todos!!!
mar tarrega
enhorabuena por el artículo!!!!
me ha gustado mucho leerlo
saludos para paola y sebas!!!
Teresa
Gracias Paola, me ha gustado mucho.
Un beso.
ana
Cierto , cierto , cierto , deberian ayudarnos , pero dandonos mas tiempo para estar con nuestros hijos y no solo 16 semanas de nada y luego de nuevo a trabajar . Me ha gustado mucho el articulo , porque es la verdad , con las ayudas de la leche en polvo solo se ayuda a quien las fabrican…..
Paola Brena
Gracias mar!!! siempre apoyando a las mamás!!!!!!!!!!! sos muy grande! te agradezco infinitamente que hayas estado a mi lado y compartir esa parte de mi vida contigo
Lecturas dominicales (V) | El blog de bebé a go-go!
[…] lactancia artificial, dos artículos de la Asociación Sina: uno sobre los biberones de apoyo y otro sobre los riesgos de la alimentación con leche de […]
Cristina
A ver quisiera dejar un comentario. Primera que si un profesional considera que llegado un punto se necesita un biberón de «apoyo» se debería dejar al dicho profesional ejercer su trabajo. Si se les da dicha ayuda es porque la salud del niño lo necesita, no le guste a quien no le guste. Me he borrado de la pagina porque considero que es demagogia hacer ciertas afirmaciones y jugar con la salud del niño. Si se apoya la lactancia se debería hacer de forma consciente y con realidades. Yo no me arrepiento de haber dado dicho bibe de ayuda y de pasarme a biberón, me doy cuenta de todas las mentiras que se dicen a favor de la lactancia materna y que son mentira. Admiro a las madres que dan pecho pero también admiro a las madres que dan el biberón.
elblogdesina
Estimada Cristina,
Sentimos que te haya disgustado tanto nuestro artículo. Como bien decimos en él, cito textualmente, «en algunos casos sí resulta necesario administrar al bebé alimentado con leche materna, un suplemento de leche artificial.»
Lo que intentamos transmitir es que ésta debería ser la última opción y que, antes de prescribir leche artificial, se trate de conocer y corregir los problemas que dificultan la lactancia materna porque, lamentablemente, no todos los profesionales lo hacen. Todas nuestras afirmaciones se basan en estudios científicos, en las recomendaciones de la OMS y del Comité de Lactancia de la AEP.
Recibe un saludo,
Vanessa Armengol
Coordinadora del Grupo de Trabajo Sina «Comunicación y Reivindicación»
Alejandra
Cristina, es lamentable que digas que sabes de muchas «mentiras» que se dicen de la LM. Ojalá supiera a qué te refieres para poder ayudarte a aclarar dudas. la tuya es la reacción común que tiene muchas madres que no fueron informadas correctamente, que no fueron guiadas por alguien que sabe del tema con mucha empatía, y que no pudieron darle el pecho a sus hijos, por cualquier razón. Las madres como tu suelen esconder su bronca tras ese ataque a los que hablamos de LM. He oído muchos comentarios como el tuyo, ojalá no hubiera entre madres esos enfrentamientos de llamarnos «mentirosos» sólo por decir verdades que duelen. Y si, la madre que dá el biberon no es menos madre, no es mala madre. Si son malos los profesionales que no recomiendan, apoyan, y educan sobre la Lactancia materna, y muchas veces las madres se topan con ellos sin remedio, y hacen lo que les dicen sin opciones.
El articulo hace referncia a los que sin razón indican un biberón y que la mayoria de las veces hace fracasar la LM. Seguro, y lo digo como pediatra, hay razones para dar suplemento, están bien identificadas, pero son excepciones y con un buen apoyo la madre puede seguir dando pecho una vez sorteado el problema.
La ignorancia es muy peligrosa tanto de los profesionales como de las madres, obviamente más en los primeros. No los defiendas.
Cristina
Si que es verdad que la ignorancia es muy peligrosa. Yo se que es muy bonito que nada más nacer se enganche el niño y que mame nada más nazca. Algunas no hemos tenido esa suerte, digamoslo de alguna forma. Pero los libros son muy fáciles de leer. Pero nadie te dice si tienes el pezón pequeño o te apoyan de boquilla. Pq algunos profesionales se dedican a hablar más de los productos en venta que de en realidad los problemas con los que te puedes encontrar. Y en estos casos los problemas más sencillos se tienen que detectar muy pronto. OJala mi mala experiencia sirva para otras madres, y más si como a mi te sube la leche enseguida. El consejo que doy yo es que limiteis las visitas en el hospital. Si, la familia se quiere pero si vas a dar el pecho necesitas toda la tranquilidad del mundo y el tiempo y con las visitas es un problema. Además es un momento en que tú y tu pareja teneis que estar tranquilo y cuando ya esteis adaptandoos a vuestra situación ir poco a poco incrementando las visitas.
Y bueno buscar un buen profesional que tenga la amabilidad de estar siempre que se le necesita. Los libros no son personas ni detectan los problemas. Más vale no leer y tener a una persona cerca que sepa del tema.