UNA POSIBILIDAD ENTRE MIL es una historia autobiográfica. Cristina y Miguel Ángel son padres por primera vez, pero el futuro de la pequeña Laia está en peligro desde los primeros instantes. Hospitales, centros de rehabilitación y médicos se convierten entonces en su rutina diaria.
Hay una posibilidad entre mil de que Laia salga adelante. Y se agarra a ella con una fuerza tremenda, una alegría desbordante, arrastrando a todos por el camino de la vida.
En un formato nada habitual para transmitir experiencias tan profundas la novela gráfica narra una historia de superación y con un trasfondo positivo. Laia es especial y ha convertido la vida de sus padres en algo muy especial. Tener una hija diferente no es fácil, pero han querido explicar cómo se aprende a vivir viendo la vida desde otro punto de vista.

Con este libro nos gustaría, en primer lugar, rendir homenaje a todas las personas que nos han ayudado durante este tiempo, tanto a los profesionales del ámbito sanitario como a la familia y a los amigos. Una experiencia así te brinda la oportunidad de darte cuenta la gente tan estupenda que te rodea.
Además, de este modo, pueden conseguir que se hable de maternidad y paternidad, de lactancia y de discapacidad de forma natural e integradora.
Tanto la familia como los médicos y los profesionales del sector han recibido el libro con emoción y entusiasmo, así que tiene grandes posibilidades de ser también del agrado del público.
“Una posibilidad entre mil” ha sido editado y distribuido en toda España por Ediciones Sins Entido.
Laia nació con parálisis cerebral y esta “posibilidad entre mil” fue algo inesperado y apabullante para sus padres al comienzo. Pero superaron las dificultades y los miedos. Y han querido contarlo como mejor saben, como ilustradores profesionales.
Laia nace en enero de 2003 y es especial.
A Laia le gusta reconocer a la gente en las fotos, la música, el mar y bailar. Jugar a la boccia y al fútbol y pintar.
A Laia le encanta hacer como que lee los cuentos siguiendo las líneas con los dedos. Poner a sus muñecos a ver la tele y reñir a los abuelos. Sonreír a la gente que le gusta y decir adiós a la que no. Si le caes bien, cuando te despides de ella te pide un abrazo.
Laia tiene una memoria prodigiosa: recuerda la ubicación de todos los elementos de la casa y nada puede estar fuera de su lugar. Por las noches duerme de un tirón, nunca ha hecho siesta y no para un segundo del día agotando a todos los que están alrededor. Laia sólo se está quieta cuando le haces un masaje o cuando le pones en la tele Doraemon.
Laia no habla pero se comunica de maravilla con imágenes y con gestos (tiene uno para cada animal) y se entusiasma cuando sus padres le dibujan los objetos que le rodean. Duerme siempre con los mismos muñecos y cuando se despierta “habla” con ellos durante horas.
Una respuesta
vanessa
Lo leí hace un tiempo y me encantó. Tanto los papis como Laia dan una buena lección de valentía!!!