En el último Congreso de FEDALMA, pudimos escuchar esta comunicación libre, presentada por un grupo de madres, que nos emocionó a todos:
Nací a mediados de octubre. Tengo una mamá y no puedo estar con ella por circunstancias que no conozco, aunque sé que me quiere mucho.
A los dos días de nacer conocí a mi madre de acogida, que me quiere desde el primer día, aunque tuvo que correr para preparar las cosas para mí. Ella quería que Lara, mi hermanita de acogida, creciera con otros niños en casa y aprendiera la importancia de compartir. Para acogerme tuvieron que prepararse desde mucho antes con toda la ilusión del mundo.
Cuando salí del hospital nos regalaron como alimento biberones, que empecé a tomar. Aunque a mi madre de acogida le hubiese gustado iniciar la lactancia materna conmigo, no lo hizo por muchas razones, pero mi tía sí que lo intento, y me enganché, aunque no continuamos. Al poco tiempo no podía hacer caquita, ¡todo un sufrimiento!.
Un día, en una comida de amigos, asistí con mi familia, y la madre que nos invitó daba el pecho a su hijo. Mi madre comentó que no podía hacer caquita, así Sandra se animó a darme el pecho, ¡que bien! me enganché en seguida. Al ver mi satisfacción quedaron para seguir con la lactancia, cada mañana a la entrada del colegio donde asiste mi hermana y la hija mayor de Sandra. Lorena también se animó a darme el pecho, así que ese día comencé a sentir el placer de mamar.
Lorena vino cada día a las 12:30h para que yo comiese y se sacaba leche para que por la noche disfrutara de esta reserva . De esta manera, se acabó que no pudiese hacer caquita, mi tripita se sentía bien y todo me daba mucho gustito.
Al cole asisten otras madres que también son lactantes y que al ver a Sandra se animaron: se ofrecieron Lina y Mª del Mar, que hacían turnos por las tardes.
Más tarde apareció Maika, que tenía una leche más clarita, ¡¡más rica!! ya que estaba recién parida. Venía los sábados todo el día.
Luego, Dolors nos regalaba leche que se extraía, para las noches.
En diciembre fuimos a Sevilla a ver a la abuela, por motivos de salud. Conocimos a un grupo de madres que se reunían, y querían darme el pecho, pero tuvieron que ingresarme con una bronquiolitis al cabo de dos días de llegar, y se acabó todo, justo dos días antes me habían administrado una vacuna.
Volvimos a Mallorca en Enero 2009: las madres no estaban todas y otras ya no se sacaban leche. Seguimos con lactancia artificial, con leche de arroz, ahora estoy bien.
He tenido muchas madres que me han aportado más que alimento; me han dado paz, tranquilidad, armonía, amor y mucha ternura, con todo ello he crecido y SOY FELIZ.
No sé dónde voy a quedarme todavía pero nunca olvidaré la oportunidad que me ha dado esta familia para poder crecer.
SENSACIONES DE MIS MADRES:
Al principio unas sensaciones un poco raras, luego en seguida se estableció el vínculo mágico del amor a través del pecho…
VI Congreso FEDALMA en Palma de Mallorca (junio 2009): “Lactancia materna, más que un alimento”
Una respuesta
polly
… ya estoy llorando.